El pasado constituye la fuente esencial en la que toda sociedad abreva para proyectar su desarrollo. Su presencia inexorable en los hechos del presente debe ser reconocida a partir del ejercicio de la memoria. Una práctica que, a veces, puede tornarse dolorosa, pero que constituye el único modo de arrojar luz sobre los hechos y las ideas, y construir sentido a partir de la justicia y la verdad.
viernes, 21 de marzo de 2014
24 de marzo DIA DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA
Desde el ejercicio democrático de 38 años y a la luz de una
interpretación ingenua, la dictadura cívico - militar puede aparecer
como una pesadilla aislada, un lapsus alucinado y tenebroso del que
despertamos con sobresalto y alivio. Sin embargo, perder de vista la
secuencia histórica que la hizo posible y su terrible lógica, implica
dejar de lado la posibilidad de situarse en la única perspectiva que
devela la verdad y permite concebir un futuro de libertad y justicia;
aquella que se sustenta en la memoria.
El pasado constituye la fuente esencial en la que toda sociedad abreva para proyectar su desarrollo. Su presencia inexorable en los hechos del presente debe ser reconocida a partir del ejercicio de la memoria. Una práctica que, a veces, puede tornarse dolorosa, pero que constituye el único modo de arrojar luz sobre los hechos y las ideas, y construir sentido a partir de la justicia y la verdad.
El pasado constituye la fuente esencial en la que toda sociedad abreva para proyectar su desarrollo. Su presencia inexorable en los hechos del presente debe ser reconocida a partir del ejercicio de la memoria. Una práctica que, a veces, puede tornarse dolorosa, pero que constituye el único modo de arrojar luz sobre los hechos y las ideas, y construir sentido a partir de la justicia y la verdad.
